Con la apertura de cinco nuevos Programas de Reparación del Maltrato Infantil (PRM) en Los Ángeles, Chillán, San Pedro de la Paz y Talcahuano, CATIM amplía su red de apoyo y reparación para niñas, niños y adolescentes víctimas de maltrato grave y abuso sexual.
La violencia en la infancia deja huellas profundas. Afecta la autoestima, la seguridad y el desarrollo emocional. Los PRM aplican un enfoque integral de reparación que combina intervenciones clínicas, familiares y comunitarias, logrando así que cada acción busca sanar el daño y restituir los derechos vulnerados y resignificar experiencias.
Cada equipo está formado por profesionales de la psicología, trabajo social y derecho. Ellos trabajan coordinadamente para asegurar una atención respetuosa, oportuna y centrada en el bienestar de cada niña, niño y adolescente.
Cinco nuevos centros Refugio Esperanza
En noviembre, la Corporación CATIM, en conjunto con el Servicio Nacional de Protección Especializada a la Niñez y Adolescencia, dio inicio a la ejecución de cinco nuevos Programas de Reparación del Maltrato Infantil dos para la provincia de Biobío con base en la comuna de Los Ángeles, un programa con conbertura para las provincias de Diguillín e Itata, con base en la comuna de Chillán, un programa que cubrirá las comunas de Coronel, Lota, Santa Juana y San Pedro de la Paz, con base en la comuna de San Pedro y uno ubicado en Talcahuano con cobertura en la misma comuna y Hualpén.
Los programas, bajo el nombre Refugio Esperanza, buscan contribuir al proceso reparatorio de 500 niños, niñas o adolescentes que ha sufrido maltrato físico o psicológico grave, constitutivo de delito y/o agresión sexual infantil.
“La apertura de estos nuevos programas refuerza nuestro compromiso de acercar la reparación a los territorios y de seguir construyendo espacios de confianza y cuidado para la infancia. Hoy, CATIM cuenta con siete Refugios Esperanza en Biobío y Ñuble y un total de 45 proyectos en funcionamiento, lo que refleja una trayectoria institucional consolidada y una gran responsabilidad social”, destacó Sandra Castro Salazar, gerenta de CATIM.
Reparar también es acompañar
Más allá de aumentar la cobertura, los nuevos PRM Refugio Esperanza representan un avance técnico y humano para CATIM. Cada intervención busca restituir derechos vulnerados, fortalecer vínculos familiares y ofrecer acompañamiento terapéutico sostenido, en un contexto donde la violencia infantil sigue siendo una deuda estructural del país.
Para Walter Becerra, director del Área de Infancias, Juventudes y Familias, “esta expansión no solo amplía la atención a más de 500 niños, niñas y adolescentes, sino que también fortalece la calidad de la respuesta institucional. Cada PRM incorpora aprendizajes acumulados en años de trabajo, con metodologías que priorizan la escucha activa y la reparación integral”.
Ampliar la red de apoyo
El despliegue territorial en Biobío y Ñuble busca acercar la reparación a quienes más la necesitan.
De este modo, se reducen brechas geográficas y se fortalecen las redes locales de protección.
Finalmente, cada nuevo PRM se convierte en un espacio de esperanza, donde niñas, niños, adolescentes y sus familias pueden volver a sentirse seguros.
Allí, el acompañamiento profesional se transforma en una oportunidad real de recomenzar.
Para conocer más sobre el quehacer institucional, sus programas y actividades, visita la sección Noticias CATIM.

