Por Sebastián Oyanedel Davison
“… Señoras y señores, niños y niñas, bienvenidos al circo, ¡Aquí comienza nuestra función! …”
¿Cuántas veces resuenan en nuestra; ya adulta memoria, aquellas palabras, que con nostalgia nos sobrecogen? pues cuando recurrimos a nuestra memoria emotiva, son aquellos recuerdos de nuestra primera infancia, los que añoramos con cariño. Y es que; aquellos eventos de nuestra niñez, son los que a lo largo de nuestra vida nos definirán como persona.
Y sin duda, uno de los eventos más arraigados a nuestra cultura popular en Chile, es la del circo. Que pese a toda la revolución comunicacional contemporánea que prima hoy en día; la actual cultura de los “Mass Media” (Medios de Comunicación de Masas) donde toda nuestra cultura, entretención, ocio y maneras de relacionarnos; se basan en el impulso tecnológico, la reducción del relato y la concisión del contenido. El circo, como ente cultural tradicional se niega a morir, respetando los mismos códigos de antaño, en donde a estas alturas presenciamos casi como un fraterno rito.
La historia del circo en Chile se inicia en 1885, donde antiguamente se comenzaba con un desfile de los artistas por el pueblo o ciudad. El espectáculo era amenizado por la banda de circo, más conocida como “murga”, que con sus marchas y fanfarrias contorneaban una atmósfera de carnaval sobre los ojos y sonrisas de cada espectador.
Mismas sonrisas, que con el paso del tiempo hemos de dificultar expresar, pues nuestra atención; hoy en día, recae en elementos carentes de apego a dichas tradiciones. Quizás, lo más cercano a esta experiencia podríamos encontrarlas en los desfiles teatrales de verano, que “Santiago a Mil” y en nuestra región del Biobío “Conce a Mil” nos brinda; cada vez que alguna compañía teatral extranjera pisa nuestro suelo.
Pero ¿Qué hay de nuestra identidad cultural?
Si bien podemos sentirnos orgullosos como región del Biobío, al contar con aún vigentes “murgas”por parte de la municipalidad de Talcahuano, las que hoy en día son llamadas “desfile de disfraces” del Carnaval de Talcahuano, para celebrar cada año su aniversario. Éstas son únicas en su especie, en lo que comprende la región y la forma en como se incluye a toda la comunidad. El concepto de “Inclusión social” aún se encuentra incompleto, al enlazarlo al arte circense y propiamente teatral.
Bajo esta premisa, nuestra corporación CATIM, con uno de nuestros programas más emblemáticos; en los que trabajamos la línea de inclusión social en la región del Biobío, Residencia Roberto Paz, especializándose en la superación de personas; adultos/as y adultos/as mayores en situación de calle, a lo largo de su trayectoria, ejercemos de manera creativa, distintas actividades; que refuercen ese nicho perdido, y de esta manera perpetuar aquellas sonrisas de ese “niño interior” que ayuden a ver el prisma de la realidad de una forma más entusiasta y optimista, tal como aquellas murgas; embajadoras de una “eterna fiesta”.
Es por eso, que en esta oportunidad, fuimos bienvenidos de la manera más cordial y cariñosa, por el reconocido circo familiar de los Tachuela “Pastelito y Tachuela chico” cuyo dueño; Agustín Maluenda, más conocido como el payaso “Tachuela Chico” nos recibió con los brazos abiertos, en una invitación gratuita a su primera función en Concepción, de esta temporada 2018.
“… Cada persona es responsable de divulgar la ayuda que se estime pertinente para temáticas sociales. Por ejemplo; ustedes como CATIM comienzan por iniciativa propia. Nosotros como circo, nos dimos cuenta que existía una problemática grande en La Pintana – Santiago, donde se necesitaba rescatar gente que estaba en la calle. De esa forma, nuestro circo emprende un trabajo colaborativo en temáticas sociales del país” – Nos comentó Agustín Maluenda (Payaso “Tachuela Chico”) dueño del circo.
Agustín Maluenda “Tachuela Chico”
Agustín nos menciona; como además, la familia circense de “Los Tachuela” han trabajado activamente en causas sociales enfocadas en la superación de calle en el país.
Equipo y participantes “Residencia Roberto Paz”
Nuestros residentes han vivido una experiencia; quizás lejana de su cotidianidad, pero que hoy en día agradecen y valoran. Así nos comentó Marcelo Morales, residente en nuestro programa:
“… Para la gente que estuvimos en situación de calle, digo “estuvimos”, porque ya no lo estamos; gracias a este primer paso que es Roberto Paz, es fundamental insertarnos en una vida cotidiana. Porque lo normal, es que en época de verano llegue el circo a tu ciudad, y algo que puede parecer tan común para todos, no lo es en este caso para nosotros. Que seamos partícipes de ello, es como volver a tener una vida normal …”
Marcelo Morales
Asimismo, Marcelo recuerda hace un tiempo atrás su propia experiencia:
” … Porque la vida que nosotros teníamos antes de ingresar acá, no era una vida común y corriente, vivir bajo el puente, vivir en la indigencia, es sinónimo de ansiedades, frustraciones y desesperanza. Y todos estos pequeños detalles se van olvidando y parte de esos detalles son estas actividades …”
Por su parte, Jorge Bustos, director de Residencia Roberto Paz, nos señala:
“… Para nosotros la superación de la situación de calle, no sólo tiene que ver con un techo, la dignidad no sólo tiene que ver con un buen dormir, si bien es lo más importante, también creemos que la cultura es un espacio necesario para lograr una buena inclusión social…”
Jorge Bustos – Director Residencia Roberto Paz
De esta forma, como corporación CATIM, volvemos a hacernos cargo de una arista superficialmente larvada dentro de los caracteres principales para la reparación de vulneración de derechos en la región del Biobío: La cultura y el arte circense. Recordemos que en nuestra región, existen organizaciones que no claudican en el desarrollo de dichas actividades, como puente a la reinserción social. Tal es el caso de “Tetite Tutate”, artistas circenses y banda musical, que cada año montan; en distintos puntos de la región, su carpa de circo “Eco circo Mongen” para llevar aquella magia del circo a lugares donde comúnmente no llegarían las grandes cadenas, así como también “Tetite tu Taller” donde se efectúan talleres circenses orientados a niños que no poseen fácil acceso a éstas.
Por otro lado, se suma la labor de fundación “Amarte” quienes a través de la recreación y el arte, enfatizan la inclusión social a personas en situación de vulneración psicosocial.
Y por nuestra parte, “Centro Modelo” de la línea de innovación social de CATIM y programa pionero, único en nuestro país, donde trabajamos problemáticas sociales de manera integral y familiar, a través de diversos talleres, que en colaboración con distintas instituciones; llevamos a cabo el desarrollo de actividades circenses, musicales, teatrales, audiovisuales, entre otros.
Es por esto que CATIM se une a una cadena de entidades como las mencionadas; entre otras, que intentan rescatar y reforzar aquel nicho cultural a través de estas instancias.
De esta forma, todos nuestros programas comienzan a sumarse a esta senda, donde recalcamos la cultura como vehículo esencial para el trabajo integral en la superación de la vulneración de derechos, siendo nuestra Residencia Roberto Paz quien da un punta pié inicial, en este nuevo año 2018, que ya emprendimos de la mejor manera.
“… La llegada a un pueblo de una tropa de payasos y comediantes, tiene para la salud de la población un efecto mucho más benéfico que la llegada de veinte burros cargados de medicamentos…” ( Thomas Sydenham – UK Médico 1624 – 1689)
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