Refugio Esperanza Yumbel: un espacio de apoyo que brinda reparación para los niños, niñas y jóvenes

A cargo de CATIM este nuevo programa de Reparación al Maltrato Grave en Biobío busca convertirse en un referente en la protección y bienestar.

El PRM Refugio Esperanza Yumbel abarca un extenso territorio, brindando atención en las comunas de Yumbel, Cabrero, Laja y San Rosendo.

El equipo, conformado por las psicólogas, Estrella Figueroa Godoy, Loreto Araneda Gómez; el psicólogo, José Luis González Salinas; las trabajadoras sociales, Jennifer Cuevas Godoy, Viviana Méndez Betancourt, Cindy Aravena Escobar, Dayan Rodríguez Villaman; la gestora de redes, Valeska Araneda Romero; el abogado, Marcelo Araneda Bobadilla; la estafeta, Patricia Briones Cifuentes; la secretaria contable, Natalia Jaque Hernández y el director, Mario Quiñones Espinoza.

A través de un convenio con el Servicio de Mejor Niñez, el programa dispone de 90 plazas, sin embargo, la alta demanda se refleja en una lista de espera de 110 niños, niñas y adolescentes, quienes están “a la espera” de ser atendidos. Ante esta situación, el equipo se encuentra realizando el despeje para brindar atención inmediata a todas estas derivaciones.

Con relación a la existencia de otros programas PRM en Yumbel, Mario Quiñones Espinoza enfatiza que Refugio Esperanza es el único especializado en la atención de NNA víctimas de maltrato grave y abuso sexual infantil, siendo un referente en dicha cobertura.

El director del programa destaca como desafíos específicos “la importancia de brindar atención oportuna y activar mecanismos de protección de forma inmediata para los niños, niñas y adolescentes víctimas de vulneración grave”. Asimismo, recalca la necesidad de formar parte activa de la red comunal de infancia mediante el trabajo conjunto con los distintos actores que la componen.

“Nuestro objetivo es que la comunidad identifique al Refugio Esperanza Yumbel como una institución garante de derechos y se incorpore un sello distintivo en sus procesos interventivos con los usuarios”, señala Mario Quiñones.

En cuanto a la contribución del programa a la prevención y detección temprana del maltrato grave en la comunidad, se destaca el trabajo en red con los dispositivos del territorio y la participación activa en sectores donde residen sus participantes. “Participar en instancias organizadas de prevención, como talleres, charlas informativas y jornadas con NNA, es una estrategia clave. Además, se busca que la red sea reconocida como un co-garante y un apoyo importante en las distintas etapas de desarrollo de los niños, niñas y adolescentes, impulsando políticas que promuevan el bienestar de la infancia y especialmente de aquellos en situaciones de riesgo individual o social”, explica el director.

Desde el programa esperan transmitir a la comunidad de Yumbel, que el Refugio Esperanza es una institución garante de derechos, un espacio de apoyo y reparación para los niños, niñas y adolescentes que han sido víctimas de vulneraciones graves. El equipo está comprometido en trabajar en conjunto con la comunidad para proteger y resguardar los derechos de niños, niñas y jóvenes, garantizando un futuro mejor para todas y todos.