El nuevo programa de CATIM se enfoca en proteger los derechos de los niños y adolescentes en zonas rurales, enfrentando desafíos significativos y trabajando para prevenir el maltrato grave en la comunidad.
El Programa de Reparación y Prevención en Maltrato Grave, Refugio Esperanza Quirihue, en la región de Ñuble, cuenta con un equipo altamente capacitado para cumplir su misión. Encabezando el equipo está el Psicólogo Andrey Lara Idárraga, quien asume el rol de director, junto a las y los profesionales, Denisse Ibáñez San Martín, Trabajadora Social; Nicolás Del Valle Hernández, Psicólogo; Fernanda Pérez Sandoval, Secretaria Contable. Juntos, están comprometidos a brindar atención y protección a los niños, niñas y adolescentes de la comuna de Quirihue.
El alcance geográfico del programa se extiende por el Valle de Itata, específicamente abarcando las comunas de Quirihue, Trehuaco, Ninhue, Cobquecura y Coelemu. Con un total de 50 plazas asignadas.
El programa se esfuerza por llegar a aquellos lugares de difícil acceso. En zonas rurales, la falta de acceso a servicios básicos y la limitada presencia de instituciones estatales presentan desafíos adicionales. Para abordar estas situaciones, el Refugio Esperanza Quirihue ha diseñado un plan de acercamiento a las familias. “La comunicación, comprensión y abordaje continuo de las situaciones son fundamentales”, enfatiza Andrey Lara Idárraga, director del programa. “Nuestro objetivo es que las familias sientan que son parte activa del proceso interventivo y no solo obligadas por el tribunal. Trabajamos en generar espacios agradables y de comprensión, fortaleciendo la vinculación entre niños, adolescentes y adultos significativos”, explica el director.
Además, el equipo del PRM se involucra activamente en la comunidad, sirviendo como nexo entre los usuarios y diferentes entidades gubernamentales y no gubernamentales para lograr sus objetivos.
“El Secreto Familiar”
En zonas rurales aún existe la dificultad de que se normalizan algunas situaciones de vulneración de derecho lo que es en algunos casos una característica generacional de las familias, que debe ser abordada desde diferentes puntos de vista,
El “Secreto Familiar”, una problemática presente en estas zonas, también es abordado con sensibilidad. “Nuestra meta es crear un ambiente donde las familias se sientan seguras para abordar este tema delicado. Mantener una relación vincular adecuada y emplear sesiones de tipo relacional y material lúdico nos ayudan a avanzar en este proceso”, afirma Lara Idárraga.
Los desafíos en la provincia del Itata son numerosos, entre ellos la alta ruralidad y las distancias de desplazamiento para profesionales y usuarios. “La poca adherencia a este tipo de programas también representa un reto, y aún hay casos en que se normalizan vulneraciones de derechos”, explica Lara Idárraga. “Sin embargo, nuestro equipo trabaja incansablemente para disminuir estas barreras y modificar percepciones negativas. La comunicación constante con nuestros niños, adolescentes y sus familias es clave”.
El PRM Refugio Esperanza Quirihue tiene una visión clara en cuanto a la prevención y detección temprana del maltrato grave. “Nuestro enfoque no es solo reaccionar, sino también prevenir”, enfatiza el director del programa. “Buscamos fortalecer el entorno familiar y promover actividades de prevención en las comunas para difundir los derechos de los niños y adolescentes. Queremos ser referentes en la comunidad, abiertos y cercanos, trabajando en conjunto para proteger a nuestros niños”.
Con su dedicación, el equipo del PRM Refugio Esperanza Quirihue busca transformar vidas y crear un entorno seguro para los niños, niñas, jóvenes y familias de la comuna.