PRM Refugio Esperanza San Carlos: Un refugio para la infancia y adolescencia en Ñuble

El Refugio Esperanza San Carlos, se destaca por brindar apoyo y reparación a niños, niñas y adolescentes víctimas de maltrato grave en comunas de San Carlos, San Nicolás, Ñiquen y San Fabián de Alico. Afrontando desafíos geográficos, el equipo profesional trabaja con empatía y coordinación para generar un ambiente seguro y libre de violencia.

El Programa de Reparación al Maltrato Grave (PRM) Refugio Esperanza San Carlos, se posiciona como un espacio crucial para la protección y bienestar de los niños, niñas y adolescentes (NNA). Conformado por un equipo multidisciplinario, este programa trabaja incansablemente para brindar atención y reparación a aquellos que han sido víctimas de violencia.

El equipo está compuesto por las trabajadoras Sociales, Fernanda, Mery Hermosilla Matus de la Parra , Sandra Pérez Becker, Mitzi González Brevis, Katherine Cerda Rodríguez; el trabajador social, Alfonso Medina Guzmán; las y los psicólogas, Silvana Cruz Reyes, María Córdova Henríquez, Martiza Merino Olave, Gustavo Danoun Díaz, Nicolás López Muñoz; el abogado, Bernardo Barrios Felczak; la estafeta María Magdalena Sanhueza; la jefa técnica, Marion Rodríguez Zapata; la secretaria contable, Marcela del Carmen Muñoz Fuentes y la directora del programa, Patricia Varela Oviedo. La vasta experiencia y dedicación de cada miembro aseguran una atención de calidad para los 120 NNA actualmente bajo su cuidado.

Los distintos grados de ruralidad y el aislamiento geográfico de los sectores cercanos a las comunas representan desafíos adicionales para el equipo de Refugio Esperanza San Carlos.

Patricia Varela Oviedo, directora del programa, explica que “nuestro enfoque clave para abordar las situaciones en sectores alejados es trabajar en coordinación con las instituciones locales validadas por las familias, como colegios y centros de salud, para generar espacios de protección y confianza”.

El programa, también se enfrenta al “Secreto Familiar”, donde las familias encubren hechos de violencia, debido a diversos factures. En estos casos, el equipo busca reforzar y validar a los NNA como víctimas, mientras trabaja con los adultos responsables para que reconozcan su responsabilidad en la detección, suspensión y prevención de nuevos eventos violentos.

El PRM Refugio Esperanza San Carlos busca ser reconocido como un programa de apoyo, contención y reparación del daño sufrido por los NNA. Su enfoque en promover nuevas pautas relacionales no violentas se propaga entre las generaciones atendidas y en la red familiar y social, con la esperanza de que estas prácticas ayuden a crear una visión de mundo libre de maltrato para las futuras generaciones.

En un mensaje a la comunidad, Patricia Varela Oviedo afirma que “queremos transmitir confianza en que nuestro equipo aborda las temáticas de vulneración desde el respeto y valoración de los complejos procesos familiares. Nuestro compromiso es liderar el trabajo por la infancia más vulnerada, ofreciendo un espacio seguro, cercano y respetuoso para superar el daño sufrido”.

El nuevo programa ejecutado por CATIM, se perfila como un espacio seguro para niños, niñas, jóvenes y familias de San Carlos y la región de Ñuble, trabajando para proteger sus derechos y garantizar un futuro mejor para todos y todas.