Ante la profunda crisis que estamos viviendo en la región y a nivel nacional, como Corporación Catim planteamos la urgente necesidad de diálogo y reflexión que necesitamos como país.
Observamos atentamente el descontento que las personas manifiestan en las calles. Están las que marchan pacíficamente junto a sus familias y grupos, planteando requerimientos que apuntan el bien común, así como existen otras personas que se manifiestan utilizando destrucción y violencia. Somos todos partes de esta sociedad, y, por tanto, debemos atender y abordar todos los requerimientos, en especial a los que ven en las agresiones una forma válida de reaccionar. Este contexto deja en evidencia la falta de espacios de encuentro que hoy sufre el país entero. Sin embargo, con honda preocupación vemos el riesgo que viven día a día las personas, las agresiones y vulneraciones de derechos que han sufrido niños, niñas y adolescentes, hechos que condenamos enérgicamente, ya que son ellos quienes motivan nuestro trabajo desde el año 1993.
Estamos dispuestos a contribuir desde nuestro trabajo diario a lograr este objetivo común, a escuchar y a unirnos para trabajar con más fuerza en sacar adelante nuestra región, con la convicción de que podemos devolver la tranquilidad que tanto necesitamos.
Por eso, valoramos el histórico acuerdo conseguido por los parlamentarios y logrado por la ciudadanía, el que nos permitirá elaborar una nueva Constitución, sobre la que construiremos los ejes del país que queremos.
En esta labor, es de real importancia la participación real de los niños, niñas y adolescentes, tal como lo dice la Convención Internacional de los Derechos del Niño, que resguarda su derecho a ser escuchados, a expresarse libremente, y a protegerlos contra cualquier tipo de maltrato y/o abuso.
Destacamos la vocación y compromiso de nuestros equipos de trabajo, quienes han estado al lado de nuestros participantes y sus familias, conteniéndolos y apoyándolos en todo lo necesario. Reconocemos su labor, los sobre esfuerzos incurridos, el que ha sido clave para mantener el funcionamiento de los programas que ejecuta nuestra corporación, que es clave para mantener la atención directa y la protección de las familias y personas que más lo requieren.
Sabemos que el diagnóstico de lo que hoy está ocurriendo ya está hecho, por lo que creemos que ésta es la oportunidad para el Estado de reparar las desigualdades que originaron esta crisis, en la que las personas y familias en situación de vulnerabilidad son uno de los pilares de la estabilidad, del progreso de las naciones y la civilización humana, tal como consigna la misma Convención.
En esta instancia, manifestamos nuestra entera disposición a colaborar y señalar nuestra profunda convicción de crear una sociedad más justa, y trabajar incansablemente para que esto se logre concretar.
Como Catim, y como siempre ha sido nuestra disposición, nos mantenemos disponibles a todo dialogo y trabajo con los distintos actores con el foco de favorecer hacia mejores mecanismos sociales y, a fin de cuentas, mejorar la calidad de vida de las personas.