[Columna de Opinión] Los niños, niñas y jóvenes no deciden estar en la calle

Uno de los desafíos importantes que hemos enfrentado es el estigma social que rodea a los niños, niñas y adolescentes en situación de calle.

Por Óscar Vidal Fuentes.

Este 12 de abril se conmemora el Día Internacional de Niñas y Niños en Situación de Calle. Se podría pensar que la atención a la niñez y la juventud en situación de calle es algo que ha existido desde siempre, sin embargo, es algo bastante reciente en la historia de las políticas sociales chilenas. Fue a fines del siglo pasado cuando el Estado generó las primeras acciones en torno a la protección de la infancia en situación de calle. Anteriormente, la atención a las problemáticas de este tipo estuvo en manos de instituciones privadas. Con la creación del Ministerio de Desarrollo Social en 2011, surgió la alianza con CATIM para la implementación del programa Suyai, dedicado a la atención de niños, niñas y adolescentes en situación de calle. Además, este programa es pionero en Chile y es el único que, en la última década, ha trabajado esta temática en la región del Biobío y uno de los pocos a nivel nacional.

En estos años, uno de los desafíos importantes que hemos enfrentado es el estigma social que rodea a los niños, niñas y adolescentes en situación de calle. La discriminación y la falta de comprensión pueden dificultar que los jóvenes accedan a los recursos y servicios necesarios para salir de la calle. Sobre todo, si entendemos la situación de calle como una consecuencia de la exclusión, la ausencia de redes de protección efectivas, la violencia y el abuso cronificado, sin adultos protectores, sin educación y sin ningún lugar en el cual sentirse seguros. En este contexto, es donde la delincuencia, el narcotráfico y la explotación sexual se convierten en herramientas que les permiten sobrevivir. Los jóvenes no deciden estar en la calle, sino que son arrojados a ella por la incapacidad que tuvo la sociedad de proteger su infancia.

Cuando los jóvenes cumplen la mayoría de edad, el escaso vínculo con la red de protección estatal desaparece. En este contexto, surge en Concepción el programa de Casas Compartidas para Jóvenes, una alianza entre el Ministerio de Desarrollo Social y Familia y CATIM, una iniciativa innovadora que permite a los jóvenes, que han cumplido la mayoría de edad en la calle, contar con un espacio seguro para enfrentar los primeros años de su adultez.

En el futuro, enfrentaremos desafíos significativos para apoyar a los jóvenes que egresan de residencias del ex-SENAME. Es fundamental que se realicen esfuerzos para desarrollar programas y políticas que apoyen a los jóvenes y les brinden las herramientas necesarias para construir una vida exitosa basada en el buen trato y la inclusión social.

Óscar Vidal Fuentes, psicólogo y coordinador programa Viviendas con Apoyo para Jóvenes