Este 12 de abril se conmemora el Día Internacional de Niñas y Niños en Situación de Calle, una fecha que resalta la importancia de brindar apoyo a la infancia y juventud vulnerable.
En Chile, la situación de niños y adolescentes en situación de calle es una preocupación constante. Según el Conteo Nacional de Niños, Niñas y Adolescentes en Situación de Calle 2018, realizado por el Ministerio de Desarrollo Social y el Sename, se estima que 547 niños y adolescentes viven o han vivido en situación de calle a nivel nacional, siendo 59 de ellos residentes en la región del Biobío.
Estas cifras reflejan una problemática social alarmante que requiere atención urgente. Según el mismo estudio, las principales razones por las que un niño, niña o adolescente llega a situación de calle corresponden a problemas con la familia (39%), estar con amigos (18,6%), otro (15,3%) y problemas con drogas (13.6%).
Un modelo de apoyo para las juventudes
En respuesta a esta situación, surge el programa Casas Compartidas para Jóvenes (CCPJ), implementado por el Ministerio De Desarrollo Social y Familia y ejecutado por Corporación Catim, como un modelo pionero de apoyo para las y los adolescentes en la región del Biobío. Desde su implementación en 2019, CCPJ se ha establecido como un programa innovador que busca brindar ayuda a aquellos jóvenes que han cumplido la mayoría de edad en situación de calle o en residencias de protección. Actualmente, se ejecuta como proyecto piloto en las ciudades de Santiago y Concepción.
En relación a esta relevante fecha, el Seremi de Desarrollo Social y Familia de Biobío, Hedson Díaz Cruces, enfatiza, que “bajo ese contexto, nuestro Ministerio sigue trabajando en la superación en la condición de calle de adolescentes de la región del Biobío. Lo anterior se materializa en programas que tratan esta temática, como lo es casas compartidas jóvenes, que en la actualidad lo ejecuta CATIM y que tiene por objeto trabajar con adolescentes de 18 años con trayectoria proteccional en la red de infancia y que, al cumplir la mayoría de edad, no poseen una vivienda o un domicilio donde poder vivir, para eso poseemos este programa de arriendo de casas, donde las y los jóvenes puedan vivir y continuar sus estudios y posterior búsqueda de trabajo”.
La iniciativa se basa en la modalidad Housing First, que prioriza proporcionar vivienda estable como primer paso para abordar otras necesidades. El objetivo del programa es lograr una transición exitosa a la vida independiente para los jóvenes, mediante la adquisición de autonomía financiera y/o vivienda propia. Actualmente, CCPJ atiende a 15 jóvenes distribuidos en 5 viviendas del Gran Concepción.
El director del programa, Óscar Vidal Fuentes, enfatiza que “la metodología de trabajo de CATIM, basada en el vínculo y en el conocimiento del territorio, ha tenido un impacto significativo en la reducción del número de jóvenes en situación de calle en la región del Biobío, trabajando en distintos programas y proyectos desde el 2012”, agregando que “aunque aún enfrentamos desafíos, estamos comprometidos a seguir trabajando para mejorar las condiciones de vida de estos jóvenes, un ejemplo claro de esto es el programa Casa Compartidas para Jóvenes que comienza su cuarto año de implementación”, explica.
Sandra Castro Salazar, directora ejecutiva de CATIM, destaca la importancia de ejecutar proyectos innovadores que buscan aportar a la situación de calle en niños y adolescentes. “Para CATIM la Innovación Social es un pilar fundamental en el trabajo que hacemos y es el camino diferenciador en las vidas de las comunidades. Con más de 30 años de experiencia, nuestro compromiso con la sociedad nos impulsa a colaborar en proyectos que marquen la diferencia, especialmente en donde jóvenes logren reintegrarse a la sociedad, lo que representa un triunfo para todas y todos”, afirmó.
Historias detrás de Casas Compartidas para Jóvenes
Demian tiene 20 años y estuvo desde los 5 años en una residencia de Sename. Su adolescencia en general fue solitaria, ya que no tuvo un apoyo de su familia. A los 18 llegó a situación calle. Hoy cumple 2 años en el programa.
Demian ofrece una perspectiva personal sobre el impacto del programa en su vida y una visión de futuro. “He encontrado un ambiente de respaldo y solidaridad que me ha ayudado a recuperar mi confianza y a sentirme parte de una comunidad. El programa me ha ayudado a sentirme más seguro y a tener una visión más positiva del futuro. Antes de unirme, me sentía perdido y sin esperanza, ahora, tengo metas claras y sé que puedo lograrlas con el apoyo adecuado. Estoy estudiante psicología y pienso que, aunque tuviera que estar bajo un puente, seguiría estudiando”, comenta.
En cuanto al aspecto más importante que la sociedad debe abordar para ayudar a jóvenes en situación de calle, manifiesta que, “los prejuicios, es algo que afecta directamente a las personas que se encuentran en estas situaciones. Si se quiere reintegrar a alguien, debes tratarlo como una persona, no como algo externo a la sociedad. Usualmente, ocurre que te pueden mirar diferente si consumes drogas, o estás en la calle, pero no hay que olvidar que son personas y todos tenemos los mismos Derechos.”
Por otro lado, Elina, de 21 años, comparte una historia similar a la de Demian. Después de pasar gran parte de su infancia en una residencia de protección, ha encontrado en el programa una base sólida para su desarrollo. “Gracias al apoyo de los profesionales, he podido trazar mi camino y alcanzar metas que antes parecían inalcanzables. Mi objetivo es continuar mis estudios, especialmente en el campo de la administración, ya que también estoy trabajando”, declaró.
Asimismo, destaca la importancia de la vivienda para los jóvenes que han experimentado situaciones similares a las suyas. “Proporcionar un hogar estable es fundamental para sacar a los jóvenes de la calle y ayudarlos a reconstruir sus vidas. Además de una casa, el apoyo psicológico y emocional es fundamental para sanar y construir un futuro sólido”, finaliza.
Cabe mencionar que luego de 3 años de funcionamiento, CCPJ ha logrado instalar cerca de 10 viviendas, permanentes o transitorias, de las cuales se mantienen 5 viviendas, atendiendo en estos años a 25 jóvenes y actualmente a 15 jóvenes en su cuarto año de funcionamiento. Si bien no todo ha sido éxitos y alegrías, muchos de estos jóvenes han logrado metas personales importantes para sus vidas, por ejemplo, terminar sus estudios medios, comenzar carreras universitarias, mantener empleos estables, restablecer lazos familiares, comenzar sus propias familias y trabajar por una vida donde puedan elegir libremente su destino.