Con respecto a la reciente polémica de los vecinos/as de la comuna de Las Condes, como Corporación #CATIM tenemos una visión bastante crítica, puesto que creemos que ya en pleno siglo XXI las políticas públicas deben apuntar a derrumbar los muros de la segregación.
Es así que nuestro director de la Residencia Roberto Paz, Jorge Bustos Flores, escribe la siguiente columna de opinión.
APOROFOBIA y VIVIENDAS SOCIALES.
Aporofobia, fue elegida como la palabra clave del año 2017. Ésta fue acuñada por la filósofa española, Adela Cortina, en varios artículos de prensa en los que llama la atención el hecho de que se llama “xenofobia” o “racismo” al rechazo a inmigrantes o refugiados, cuando en realidad esa aversión no se produce por su condición de extranjeros, sino porque son pobres.
Hace unos días nos vimos sorprendidos por las opiniones y posturas de algunos residentes de las condes, que dicho sea de paso, no son nuevas, puesto que en 2003 los vecinos de la comunidad ecológica de Peñalolén, se opusieron fervientemente a la instalación de 900 viviendas sociales en terrenos aledaños, argumentando que los pobladores perjudicarían su entorno.
Si analizamos las políticas públicas referentes a las viviendas sociales en Chile, nos vemos enfrentados a que la lógica que está impulsando el alcalde Lavín es contraria a todo lo que se ha hecho en los últimos 50 años, donde sin ir más lejos vemos la realidad local, que el 90% de la viviendas sociales se ubican en las periferias de las ciudades transformando a estas soluciones en verdaderos ghettos de pobreza, replicando una dinámica de segregación.
El derecho a la vivienda fue reconocido por primera vez a nivel internacional en la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948. En esta declaración, los Estados proclaman que:
“Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios; tiene asimismo derecho a los seguros en caso de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez y otros casos de pérdida de sus medios de subsistencia por circunstancias independientes de su voluntad.” (artículo 25)
Finalmente creo que la tan anhelada inclusión social, con este tipo de actos como el del alcalde Lavín, nos ayuda a tensionar y visibilizar como se han ido tratando a los pobres los últimos 50 años y hacia donde debemos apuntar, que es en la construcción de políticas públicas serias, integrales, inclusivas y que ayuden tanto al desarrollo de la ciudad como de las personas.